Alcance 1 de la Huella de Carbono

¿Podría serlo, no? Pero no. 😉  «Serie del Planeta de Jabón y Aceite (macro)», de Daniel Olah.

Alcance 1

El Alcance 1 de la Huella de Carbono hace referencia a las denominadas «emisiones directas». Caben en esta agrupación de GEI todas aquellas emisiones de fuentes que son «propiedad de» o «están controladas por» la compañía que decide presentar las emisiones de este alcance. Además de establecer los límites operacionales y organizativos (hablaremos de esto más adelante), la compañía que decida inventariar las emisiones de Alcance 1, deberá tener en cuenta aquellas que se encuentren dentro de los siguientes grupos:

• Generación de electricidad, calor o vapor resultantes de la combustión de combustibles fósiles en fuentes fijas, como, por ejemplo, calderas y hornos.
• Cualquier transporte de material, producto o empleados realizado por fuentes móviles propiedad de la empresa cuyo desplazamiento sea producto de la combustión de combustibles fósiles. Ejemplo evidente lo encontramos en los camiones, aviones, automóviles y demás medios de transporte.
• Las emisiones fugitivas. Aquellas procedentes de fugas, (intencionadas o no), de equipos de refrigeración o aire acondicionado, (HFCs), fugas de metano en el transporte de gas, etcétera.
• Los procesos químicos producidos durante la fabricación o procesamiento de químicos y materiales tales como el cemento, aluminio, amoníaco, etcétera.

Transportes en Jankowice, Polonia. Foto de Marcin Jozwiak

¿Qué es lo habitual o estándar?

En una empresa que venda servicios, las emisiones más habituales que deben recogerse dentro del Alcance 1 son las relativas al desplazamiento de los empleados en vehículos propiedad de la empresa, emisiones producidas por calefacciones de gas, carbón y otros combustibles fósiles y a la inyección de gases (hidrofluorocarbonos – HFCs) en aparatos de aire acondicionado.

En el caso de las compañías que venden productos, la cosa puede llegar a complicarse bastante más. Ahí dependerá del tipo de negocio en particular: si fabrica o no el producto, si únicamente lo distribuye, el tipo de producto fabricado, etcétera.

Lo cierto es que en el sector de actividad denominado «servicios y organizaciones basadas en oficinas», se reducen significativamente los niveles de complejidad a la hora de calcular las emisiones de Alcance 1, siendo las anteriormente mencionadas. Esto no quita que deba existir una correcta planificación inicial del «dato» a contabilizar y posteriormente a agrupar dentro del Alcance 1, algo de lo que hablaremos en próximos artículos.

Moscú, Rusia. Foto de Alexander Popov.

¿Qué pasa con las empresas participadas?

Cuando una empresa está participada por una segunda o tercera empresa, la cosa se complica, pero no tanto. Lo primero que se debe determinar en un análisis inicial de la auditoría, es lo que denominamos: límites organizacionales y límites operacionales.

Tendemos a plantearnos situaciones en las que una empresa, con un CIF y una actividad, se dispone a contabilizar el total de sus emisiones que normalmente se reducen a gas, gasóleo y electricidad, pero puede y suele darse que la estructura organizativa sea mucho más compleja. Imaginándonos escenarios donde una empresa matriz tiene participación sobre, por ejemplo, cinco empresas más, se podría dar la circunstancia de que las cinco empresas participadas tengan emisiones de Alcance 1 que la matriz esté obligada a declarar como propias. Aquí entrarían los límites operacionales, donde mediante la aplicación de porcentajes de participación se calcularían parámetros proporcionales de las emisiones directas (Alcance 1).