ESG y PYME ¿Qué estamos haciendo mal?

Para responder a la pregunta que encabeza el título de este artículo sólo necesitamos una palabra: “divulgación”. O quizás tres: “mejorar la divulgación”. El concepto ESG —siempre asociado a la gran empresa y corporación— debe comenzar a trasladarse de manera sutil y fina al otro 98% del tejido empresarial español, es decir, a la PYME y a la microPYME.

El problema —o mejor dicho— el punto de partida

Es extraño ponerse a pensar y valorar quién debe hacer qué, pero en Principios Verdes nos sentimos (más o menos) tranquilos con la parte que nos toca: mejorar la divulgación. Quién y de qué forma debe crear el terreno de juego ESG / PYME amigable es una cuestión no resuelta para un nivel empresarial medio. Y lo es por la dificultad, en primer lugar, en destinar recursos propios a la comprensión del problema y a la articulación de un escenario cierto y creíble de soluciones simples pero eficaces. En segundo lugar, por la financiación. No hay. No existe un vehículo claro en el que la PYME pueda descansar su artrítico músculo financiero para optar siquiera a una minúscula parte de información diáfana y clara.

Es posible que una PYME tenga “intención de”, “querencia a” y “ciertas posibilidades de hacer” según qué cosas; pero la realidad es que, quienes trabajamos en esto, vivimos obsesionados tratando de articular métodos infográficos, compendiados y comprensibles para que un neófito —con ganas de hacer cosas— pueda llegar a percibir el aroma de la sostenibilidad social, medioambiental y económica en su día a día. Y lo que es más importante: que lo perciba en su cuenta de resultados financiera, ética y medioambiental.

Cinco medidas básicas

En este artículo queremos proponer cinco medidas básicas para iniciar el camino hacia la inoculación y adopción de criterios ESG dentro de una PYME. Habrá 200, 28 ó 3, pero a nosotros nos encajan cinco como básicos y determinantes para no caer en el tedio y la apatía ante un problema real, global y urgente de resolver.

1— Comprender

Es muy difícil comprender el problema si uno no entiende el por qué y en qué medida forma parte de él.

Busca asesoramiento científico, divulgativo o consultivo, pero que contraste lo que se lee y se aprende. Iniciar la búsqueda en la base, en lo fundamental: Cambio climático. Huella de carbono. Exigir “saber más” hasta completar unos cimientos sólidos que ayuden a construir una zona de salida segura y bien armada.

2— Analizar

Ya sabes cuál es el problema y ahora toca analizar qué parte del problema sé es.

Aquí sí que se va a necesitar ayuda consultiva. Un correcto análisis de materialidad que permita marcar un presente y, sobre todo, un futuro empresarial. Analizar los “peros” es tan importante como los “paras”. Construir un objetivo de hacia dónde se va a llegar y qué se está dispuesto a perder por el camino. Viejos hábitos. Continuos vicios, sí. Pero también a ganar nuevos horizontes, nuevos procesos de gestión.

3— Sumar

Los empleados de una PYME son el mejor amplificador de la acción.

Si se ha comprendido y analizado el problema, se deben sumar soldados al ejército de constructores sostenibles que se está formando dentro de la compañía. Ayudarles a comprender el problema y hacerles partícipes de la solución. El camino no es corto, pero es más favorable si es en compañía. Proveedores y clientes entenderán mejor el nuevo mensaje si este les llega desde todos los estamentos empresariales y lo que es más importante: DESDE EL PRINCIPIO DEL CAMBIO.

4— Ejecutar

Hay que ejecutar los cambios.

En la PYME puede que sean dos cambios grandes o 200 pequeños, pero los habrá. Existirán. No basta con comprender, analizar y buscar alianzas. Ahora toca remar. Un proceso de ejecución bien atendido y asumido como una tarea más. Los que gestionamos pequeñas empresas sabemos de la importancia de las finanzas, las ventas, la tesorería, la productividad, pero también se debe asumir en el mismo nivel de notoriedad la existencia de un plan de ejecución de un cambio paradigmático. Será un cambio de sustrato, pero será un cambio definitivo y con impacto.

5— Medir

Lo más complicado de los cinco puntos: la medición de los resultados.

La consecución clara y meridiana de los objetivos más medibles es, a priori, lo más urgente. ¿Por qué? Porque nos ayudará a transitar hacia las mediciones más complejas. Esas mediciones impermeables al empirismo que requieren de una observación más reposada.

¿Y después de medir?

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Foto de Jukan Tateisi en Unsplash.com

Después de medir sólo queda esperar el tiempo que cada PYME se haya dado y repetir el proceso, pero esta vez con más conocimiento, más experiencia y muy probablemente sin tanta ayuda externa. Porque ESG debe convertirse en un área de gestión que lo atraviese todo y de forma dinámica. Está vivo y se debe alimentar, mimar, ayudarle a crecer y —en términos divulgativos— a reproducirse entre los grupos de interés que rodean la gestión propia de una PYME.

 


Créditos

  • Foto destacada del artículo de Danist Soh en Unsplash.com